Real
Hermandad y Cofradía del Señor de la Caridad.
Cordoba
Datos
Historicos
Ramírez
de Arellano señala el comienzo del siglo XV como la fecha de
nacimiento de esta cofradía, aunque parece confirmarse que es el año
1469, coincidiendo con la estancia en nuestra ciudad del rey Enrique
IV de Castilla. Su primer hermano mayor fue un acaudalado
comerciante, don Gonzalo Sánchez, al que sucedió don Juan Ruiz
Crespo. Esto parece indicar que, aunque pronto quedaría en manos de
la nobleza local, el origen de la cofradía fue fruto del desvelo de
artesanos y comerciantes, aunque los privilegios pronto concedidos
por el Concejo Municipal a su hermano mayor, en 1471 y 1481, y la
Real Cédula otorgada por los Reyes Católicos en 1478 autorizando la
redención de cautivos, acarrearon el compromiso de la nobleza
cordobesa, que a partir de estas fechas dirigió la vida de la
hermandad. En el año 1484 se dan las primeras iniciativas para la
construcción, en la plaza del Potro, del hospital de la Santa
Caridad. La erección se lleva a cabo a partir del 14 de febrero de
1493, por disposición de don Alonso de Fuentes, provisor episcopal.
En
el siglo XVI el control de la alta nobleza sobre la cofradía es
total, hasta el punto de exigirse prueba de sangre para hallarse
entre sus miembros. El papa Alejandro IV le concede nuevas
prerrogativas el 28 de junio de 1500, ratificadas el 22 de mayo de
1534 por el obispo de Zamora y comisario General Apostólico de la
Santa Cruzada, don Francisco de Mendoza. Ese mismo año, por Reales
Cédulas de 29 de junio y 31 de agosto, el emperador Carlos I le dona
como renta anual perpetua la cantidad de 12.444 maravedíes, pago
considerado como prioritario entre los que el Tesoro debía
satisfacer a la ciudad.
El
auge de la corporación en el quinientos y seiscientos es evidente,
contando entre sus hermanos a los monarcas hispanos, así como a lo
más granado de la alta aristocracia del país. En 1617, como pago de
una deuda, el comerciante Juan Draper donaba a la hermandad la imagen
del Señor de la Caridad, que pasaría de ese momento a concentrar la
devoción de sus hermanos.
La
decadencia del Antiguo Régimen supuso también la de la cofradía,
al tiempo que desaparecían sus privilegios y prerrogativas. En 1837
se cierra el hospital, sin que prospere el recurso elevado a la Reina
contra esta medida por el hermano mayor, conde de Cárdenas. En los
años siguientes la hermandad se escinde prácticamente, aunque en
San Francisco se sigan organizando quinarios y otros cultos en honor
del Crucificado hasta 1881.
En
1891 el párroco de San Francisco intenta la refundación de la
hermandad, bajo la advocación de Paz y Caridad, eligiéndose una
junta, que intentará recuperar el antiguo espíritu de la
corporación, constando su auxilio al popular bandolero "Cintas
Verdes", al que se encargo de sepultar. A pesar de la solemne
recuperación de los cultos al Señor, en 1894 se pierde cualquier
rastro documental, aunque se conocen posteriores funciones litúrgicas
en honor del Crucificado entre 1910 y 1912.
En
el año 1939, con la participación de cofrades procedentes de la
hermandad de las Angustias, se produce la reorganización de la
cofradía del Señor de la Caridad. Este hecho se inscribe en la
dinámica de la época, vinculándose estrechísimamente con el
nacionalcatolicismo impuesto en aquellos años, en los que estaba
prácticamente concluida la contienda civil. Así, don Antonio Priego
Gómez, elegido como hermano mayor por los setenta y tres asistentes
a su primera junta general, nombra como mayordomo a don Fernando
Fernández Martínez, jefe provincial de Falange y conceda al
desaparecido José Antonio Primo de Rivera el título de Hermano
Mayor Perpetuo.
El
Jueves Santo de ese mismo año organizaba, en colaboración con la
hermandad de las Angustias el sermón de las Siete Palabras, saliendo
aquella misma noche una representación de la Caridad en la estación
penitencial de la cofradía de San Agustín, de la que era miembro
destacado el vicehermano mayor de la renacida hermandad don Manuel
Revuelto Nieto. La reorganización podía considerarse concluida
definitivamente con la aprobación diocesana de sus reglas
estatutarias, el 19 de octubre del años 1939.
Don
Antonio Priego dona después de la refundación la antigua imagen de
la Dolorosa que acompaña al Señor de la Caridad al pie de la Cruz
en las estaciones penitenciales. Su diadema le fue regalada e
impuesta en 1944 por Romero Mengíbar. El Domingo de Ramos, 17 de
marzo de 1940, con el general Fermoso, gobernador militar, en su
presidencia, hacía la hermandad su primera estación de penitencia,
con unos doscientos cincuenta nazarenos.
En
el año 1941, la cofradía consigue de la autoridad eclesiástica la
configuración jurídica y canónica que la hacía continuadora de la
desaparecida en la centuria anterior, pasando pronto a ocupar su
lugar el Jueves Santo.
En
1952 comenzó una colaboración que ha definido en el corazón
popular a la hermandad del Señor de la Caridad hasta nuestros días:
la presencia en la estación penitencial del Tercio "Gran
Capitán" de la Legión, hermano mayor honorario de la cofradía,
y que ya en 1994 haría entrega a ésta de su guión. Desde esta
fecha, solo en muy contadas ocasiones han faltado los legionarios a
su cita con el Crucificado de San Francisco. Los lazos de la
hermandad con sus hermanos legionarios son tan estrechos que, cuando
disposiciones oficiales prohibieron a mediados de los noventa la
participación de las fuerzas armadas en las estaciones
penitenciales, la cofradía, antes que contratar cualquier otra
formación musical, prefirió hacer su recorrido en silencio.
En
1957 y 1958, la hermandad procesionó en la mañana del Viernes Santo
dentro de la procesión general del Santo Entierro. Superado el
decaimiento generalizado de nuestra Semana Santa en la década de los
sesenta, en 1970 la hermandad participa del proceso de crecimiento y
esplendor que ha caracterizado al movimiento cofrade cordobés en las
últimas décadas.
Imágenes
El
señor de la Caridad es talla anónima del siglo XVI, de estilo
manienista.
Dolorosa
atribuida a José de Mora siglo XVIII.
Paso
Procesional
Paso
color caoba de estilo renacentista, obra de Andrés Valverde Luján y
diseño de Rafael Valverde Lujan, con relieves en plata obra de
Manuel Aumentes basados en escenas pasionistas de la Catedral.
Hábito
Procesional
Túnica
negra con botonadura y cubrerrostro rojo, cingulo rojo y negro.
Estación
de Penitencia: Jueves Santo
Casa
Hermandad: Compas de San Francisco 4
Su
Templo
Parroquia
de San Francisco y San Eulogio
La
iglesia de San Francisco y San Eulogio perteneció, en origen, al
convento franciscano de San Pedro el Real fundado en el siglo XIII
que desapareció en los procesos de desamortización del siglo XIX.
La
amplia reforma que sufrió la iglesia en el siglo XVIII modificó su
fisonomía medieval por otra barroca. Posee una importante colección
de pinturas de artistas cordobeses del siglo XVIII.
El
claustro está compuesto por dos pisos de arcadas, correspondiéndose
dos arcos del piso superior con uno del piso inferior. Los arcos son
de medio punto y se apoyan sobre columnas de capiteles toscanos.
También es un recuerdo de su antiguo papel como convento la
existencia de un compás, es decir, un espacio que antecede a la
iglesia.
Junto
a los fondos propios, en su archivo se conservan los documentos de
otra iglesia fernandina, ya desaparecida y situada frente al
Guadalquivir, la Iglesia de San Nicolás de la Ajerquía, parroquia a
la que sustituye.
El
proceso de restauración del antiguo complejo conventual de San Pedro
el Real se llevó a cabo en dos fases: la primera entre abril de 1990
-fecha de redacción del proyecto- y 1997 -momento en que quedan
interrumpidas las obras- y la segunda entre noviembre de 2003 y
diciembre de 2007, momento en que se dan por concluidas las obras.
Los
trabajos se han centro en la cúpula, la recuperación del claustro y
la espadaña. La falsa cúpula, característica del Barroco, se
encontraba en muy mal estado debido a que la carcoma había dañado
seriamente la estructura de madera. También se ha actuado en la
parte exterior de la misma, decorada con yeserías. Igualmente se ha
restuarado la bóveda gótica de la capilla del evangelio, la cual
tenía filtraciones, otras capillas secundarias y el interior de la
torre. En cuanto claustro, se han recuperado las dos galerías que
quedaron del claustro, adecuandolo para su uso público.
El
proyecto, cuyo arquitecto fue Juan Jiménez Povedano, ha sido
financiado por la Junta de Andalucía, que destinó 587.832 euros. A
fecha de 14 de diciembre de 2007 se dieron por concluidas las obras.
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