jueves, 27 de junio de 2013

Congregación del Santo Sepulcro de Cristo, Jaen

Antigua, Insigne, Venerable y Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo y Siervos de la Orden Tercera de Nuestra Señora de los Dolores

Jaen



Datos Historicos


Se fundó en 1580 en el Monasterio de Nuestra Señora Coronada, a extramuros de la Puerta de Martos, como respuesta de los Carmelitas calzados al pleito qué mantenían con la cofradía de la Transfixión y Soledad de la Madre de Dios que había decidido marcharse del convento. Sus Estatutos se aprobaron en junio de aquel mismo año y al siguiente ya pasaba de los dos mil cofrades.

Escenificaba en la tarde del Viernes Santo la ceremonia del descendimiento de Cristo de la Cruz, en las proximidades del convento, con la imagen del Crucificado que tenía los brazos articulados para poder introducirlo, luego de predicarse el “Sermón del Descendimiento” en la urna sepulcral.

Estuvo en diferentes templos hasta que se ubicó definitivamente en la iglesia de San Juan en 1695.
Para obviar enfrentamientos con la Hermandad de la Soledad, el 23 de marzo de 1619 firmó una concordia, luego ratificada en 1732, según la cual se establecía un turno por el cual la congregación sacaría, la procesión del Entierro los años pares y los años impares celebraría la Procesión de la Soledad. Esta concordia estuvo vigente hasta 1993, en que se firmó otra nueva dejando en libertada ambas Cofradías para celebrar sus procesiones a su acomodo, aunque respetando el turno tradicional en cuanto a la “oficialidad” representativa del Entierro.


Reorganizada en 1726 por el Licenciado D. Juan Manuel de Bonilla y Olivares, en 1732 se erigió en Orden Tercera de los Servitas.
El 12 de agosto de 1756 consiguió de Fernando VI crear un Monte de Piedad para favorecer a los necesitados y desterrar la usura, institución benéfica que perduró hasta la primera mitad del Siglo XIX.
En 1907 se creó en su seno la denominada Sección Sanjuanista, formada por cofrades jóvenes, que disponía de sus propias reglas y por la brillantez de su cortejo era muy solicitada por otras Cofradías para colaborar en sus procesiones.

Fue la primera Hermandad de Jaén que contó con “paso de palio” desde 1928.

En 1991, se inició el proceso para la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores, que ha sido retomado en 2010.
Desde el 15 de diciembre de 2011, las imágenes que componen el grupo escultórico de El Calvario se sitúan en el Presbiterio de la Iglesia de San Juan y San Pedro.


Imágenes


Calvario, atribuido a Sebastián de Solís en 1579, formado por Cristo muerto en la cruz, a ambos lados el Buen ladrón, San Dimas, y el Mal Ladrón, Gestas, y a sus pies el apóstol San Juan y María Santísima del Silencio, talla anónima que no es original de este misterio, donada por los Condes de Humanes en 1966.


Santo Sepulcro, de Juan Abascal Fuentes en 1965, restaurado por María José López de la Casa en 2011, con una urna barroca anónima del siglo XVIII.



Nuestra Señora de los Dolores (atribuida a Sebastián de Solís, 1580).


Pasos Procesionales

El paso es barroco de Antonio Canales Rubio de 1966 y restaurado por Manuel Verdugo en 2007.


Paso barroco de Vicente Castillo en 1957. Urna barroca (Anónima, del siglo XVIII).


Paso realizado por Francisco Díaz Roncero en 1959, con palio bordado por Juan Carlos Colmenero Andreu en 1989-1990. Manto de terciopelo bordado en oro donado por la familia Aponte en 1918.



Habito Procesional

Túnica y caperuz negros. Cíngulo blanco y negro.


Estación de Penitencia: Viernes Santo





Su Templo


Iglesia Parroquial de San Juan y San Pedro


El templo se construyó en la segunda mitad del siglo XIV sobre una antigua mezquita, prueba de ello es la existencia de los restos de un alminar musulmán en la calle Martínez Molina, a espaldas del templo.

A finales del siglo XVIII, en su cripta se encontraron restos de un cementerio romano, por lo que allí estuvo una de las puertas de la muralla romana, pues estas fortificaciones tenían cuatro y a las afueras de cada una, un cementerio. Los otros dos encontrados se ubican, uno cerca de la Puerta del Sol, y el otro cerca de la Puerta de Martos.

Según el censo de 1595 pertenecían a ella 606 viviendas con un total de 2908 feligreses. Actualmente su jurisdicción pastoral se extiende sobre una población aproximada de más de 4000 almas.

En el interior el altar mayor estaba presidido por un retablo muy similar a los que dispusieron para las capillas catedralicias los arquitectos Manuel Martín Rodríguez y Gregorio Manuel López, donde figuraban las imágenes de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, y se coronaba con un lienzo de la Santa Cena. Las paredes del presbiterio las decoraban once pinturas de diversos temas. El patronato de ésta capilla lo tenía la familia Coello de Portugal.

A la izquierda del altar mayor se abría una amplia capilla cedida en 1695 y reedificada en 1726 por Juan Manuel de Bonilla y Olivares, en ella se ofrecían a la devoción de los fieles a la Congregación del Santo Sepulcro, ocupando el camarín la Virgen de los Dolores. Al otro lado había un retablo dorado con una imagen de San Jacinto coronada con una diadema de plata, flanqueada por dos imágenes del Niño Jesús y la Purísima Concepción.

En el cuerpo de la iglesia se alzaban varios altares de concurrida devoción como pudieran ser los de San Antón, San Félix de Valois, San Juan de Mata, Nuestra Señora de la Encarnación o San Sebastián, además de un lienzo de Ánimas. El coro disponía de un gran órgano con trompetería horizontal, la sacristía se dotaba de hermosas cajoneras de nogal en donde se encontraba un Santo Cristo con dosel encarnado y algunas pinturas entre las que sobresalían una de la Transfiguración, de Santiago o San Juan Bautista. Aneja a la iglesia hubo una sala destinada a juntas y cabildos por parte de la Venerable Universidad de Priores, institución corporativa cuyos estatutos se aprobaron en febrero de 1400, y renovados en 1705.

La sala disponía de una mesa y siete escaños de nogal y estaba presidida por un lienzo del Crucificado, a cuyos lados colgaban otros dos de San Nicolás y de Todos los Santos. También había un arca de nogal para guardar los caudales y un armario de pino donde se almacenaba el riquísimo archivo de la Universidad, hoy integrado en el Histórico Diocesano.

En el arreglo parroquial realizado en de junio de 1843, que dejó a la capital con tan sólo cinco parroquias, la de San Juan fue suprimida, quedando el templo con la condición de iglesia auxiliar de la parroquial de San Pedro y el culto atendido por uno de sus coadjutores.


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