La
Piadosa Hermandad del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de
Córdoba y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la
Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo.
Córdoba
Datos
Históricos
La
idea de poner en marcha el proyecto de esta hermandad surgió de un
grupo de jóvenes, encabezados por Francisco Melguizo Fernández . El
impulso del alcalde, José María Catanys Jiménez y el visto bueno
del obispo, Adolfo Pérez Muñoz, hicieron posible que se
materializase el proyecto. La elección de la imagen del Cristo de la
Misericordia fue una decisión personal del fundador, que la había
conocido oscura y olvidada en las histórica iglesia de la Magdalena,
entonces cerrada al culto.
Entre
la decisión de poner en marcha la hermandad y la primera salida
procesional, realizada el Miércoles Santo de 1937, apenas transcurre
un mes. En el plano jurídico-canónico la cofradía no existía ya
que la primera aprobación del obispado data del 3 de abril, unos
días después de la estación de penitencia. En el plano material,
el Santísimo Cristo de la Misericordia fue llevado sobre el paso del
Sagrado Corazón de Jesús cedido por los padres jesuitas de San
Hipólito, iba iluminado por los candelabros arbóreos del paso de
María Auxiliadora, prestados por la comunidad salesiana; como cruz
de guía llevó una antigua cruz de madera, con una imagen pintada de
Cristo crucificado, perteneciente a la iglesia de la Magdalena que la
cofradía aún conserva en su casa de hermandad.
La
Misericordia fue la primera cofradía cordobesa cuyos penitentes
vestían un hábito nazareno confeccionado en su integridad con telas
de color blanco, lo que contrastaba con el negro y morado dominantes
en las procesiones de nuestra ciudad en aquella época.
La
hermandad celebraba los cultos en San Pedro, debido a las reducidas
dimensiones de la iglesia de la Magdalena, donde la imagen titular
solía pasar la mayor parte del año. Eran muy característicos de
esta hermandad los lujosos altares, de grandes dimensiones , con gran
cantidad de puntos de luz y el espléndido realce que prestaban a la
imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, izado en ocasiones
hasta lo más elevado del retablo mayor de la parroquia. Para realzar
estos cultos, la hermandad organizó y mantuvo una importante capilla
musical que llego a sumar 114 miembros en su época de mayor
esplendor y que funcionó desde 1940 hasta 1954.
En
el año 1943 se estrenó el paso del Santísimo Cristo de la
Misericordia, después de haber hecho estación de penitencia entre
1938 y 1943 en el paso de Nuestra Señora del Socorro. Proyectado por
Rafael Díaz Peno, con tallas de José Callejón y dorados de
Francisco Santiago Díaz, aun procesiona en la actualidad, siendo con
el de Jesús Caído el más antiguo de nuestra ciudad y el primero
que llevó madera dorada.
Bajo
la dirección y diseño de Rafael Díaz Peno, se empieza a configurar
el guión procesional con los estrenos de la bandera en el año 1943,
el estandarte de Cristo, el cojín pasionista y el libro de reglas en
el año 1948.
Tras
el fallido intento de 1939, en el año 1950 se incorpora una imagen
de Virgen como cotitular, que recibió la advocación de Nuestra
Señora de las Lágrimas en su Desamparo.
En
el año 1956, se produce el cierre de la iglesia de la Magdalena lo
que obliga a la hermandad a trasladarse a San Pedro viviendo la
hermandad unos años de cierta regresión. Así el mandato de Rafael
Osuna Cruz está marcado por la lucha por la subsistencia de la
cofradía y la amortización de la considerable deuda contraída en
los años anteriores, lo que llevó incluso a platearse la suspensión
de la salida procesional de 1966 debido a que la procesión tenía un
presupuesto aproximado de 43000 pesetas de gastos a fondo perdido y
el pasivo de la hermandad era de 80000 pesetas. Finalmente no se
llegó a suspender la procesión pero este hecho nos revela la
difícil situación de la hermandad.
Superado
el momento más difícil, comienza un proceso de renovación,
recuperación y crecimiento a partir del año 1972. La hermandad
restaura a sus expensas la capilla de los titulares en la parroquia
de San Pedro, dotándola del aspecto que tuvo hasta el cierre de la
misma en 1985. Durante el mandato de Francisco Varo Lucena se crea la
primera cuadrilla de costaleros de la hermandad.
En
el año 1985 se produce el cierre de la parroquia de San Pedro. La
última misa en este templo tiene lugar el día 5 de mayo de ese año
y tres días después las imágenes titulares fueron trasladadas a la
ermita de San José, en la plaza de la Magdalena y de propiedad
privada, motivo por el que no se podían celebrar cultos públicos y
solemnes, pese a la buena disposición de la familia propietaria. Por
este motivo, el 5 de octubre de este mismo año, tras una larga
búsqueda de parroquias, iglesia y conventos en los que se obtuvo una
negativa por respuesta, las imágenes son trasladadas al monasterio
de religiosas jerónimas de Santa Marta, donde permanecerán hasta el
Viernes de Dolores de 1998, en que solemnemente regresaron a San
Pedro tras la reapertura del templo.
Las
reducidas dimensiones del monasterio de religiosas jerónimas de
Santa Marta, donde las imágenes van a estar hasta la vuelta a San
Pedro, obliga a la hermandad a buscar un lugar desde donde realizar
la estación de penitencia. La disposición favorable del Cabildo
catedralicio permitirá a la hermandad iniciar y finalizar la
estación de penitencia desde la Santa Iglesia Catedral, donde
coincidirá algunos años con la hermandad de la Pasión que también
deberá realizar su estación de penitencia desde el primer templo
cordobés a causa del cierre de la parroquia de Nuestra Señora de la
Paz.
En
el año 1987, se cumplió el cincuentenario fundacional de la
hermandad que se celebró con una serie de actos entre los que se
incluyen, la edición de un cartel conmemorativo, la publicación del
primer número especial de la revista Alto Guadalquivir, la
celebración de un ciclo de conferencias sobre aspectos históricos
de la Semana Santa cordobesa, y una exposición e fotografías
antiguas del archivo de la hermandad.
En
el año 1993 la hermandad organiza el IV Encuentro de Hermandades de
la Misericordia de Andalucía, que incluyó una misa en la Catedral
presidida por el obispo de la diócesis, monseñor José Antonio
Infantes Florido.
Durante
el mandato de Francisco Hernández Moyano, se adquiere un local para
sede social de la hermandad que se haya en la plaza de San Pedro,
justo frente a la fachada principal de la parroquia.
La
reapertura del templo de San Pedro en el año 1998 va a suponer la
vuelta de la cofradía a sus raíces. Esta reapertura tuvo lugar el
día 7 de marzo y la cofradía anunció su regreso con la
presentación de un cartel anunciador, un concierto de marchas
procesionales y un ciclo de tres conferencias formativas. El Viernes
de Dolores 3 de abril, y al término de un Vía Crucis iniciado en el
monasterio de Santa Marta, las imágenes regresaban a su capilla de
San Pedro doce años, diez meses y veintiocho días después de su
salida. Así el Miércoles Santo día 8 de abril de 1998 la hermandad
volvería a realizar su salida desde el histórico templo fernandino,
hoy convertido en Basílica Menor.
En
el año 2000 se produce un hito histórico para esta hermandad como
es su fusión con la del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de
Córdoba que también está radicada en la Parroquia de San Pedro.
Ese mismo año, al término del mandato de Francisco Hernández
Moyano, fue elegido hermano mayor de la cofradía ya fusionada Ángel
María Varo Pineda, que renunciará a su cargo un año más tarde,
viendo la hermandad entre los años 2001 y 2003 un periodo de
incertidumbre por la negativa a aceptar la convocatoria de elecciones
prevista por los estatutos el entonces consiliario y párroco de San
Pedro, Manuel María Hinojosa Petit, que impuso una junta gestora
presidida por Pedro Redondo Gutiérrez hasta su fallecimiento en mayo
de 2003, y desde entonces, y hasta la solución de la crisis, por
Manuel Sánchez Prada.
La
llegada al Obispado de Córdoba del prelado monseñor Juan José
Asenjo Pelegrina coincide con el inició de la solución de esta
situación. Después de que tres hermanos recurrieran ante el
Pontificio Consejo para los Laicos en demanda de una convocatoria de
elecciones, el nuevo obispo encarga al delegado episcopal de
Hermandades y Cofradías, Pedro Soldado Barrios, la apertura de
negociaciones con representantes de la hermandad, convocándose estas
finalmente el día 10 de enero de 2004, resultando elegido hermano
mayor el cofrade Manuel Ramírez Pérez e iniciándose la
normalización institucional de la cofradía que llega hasta nuestros
días.
En
el año 2005, con motivo de la celebración en nuestra diócesis del
año de los Santos Mártires, la hermandad participará activamente
en la organización de la peregrinación de las Cofradías cordobesas
a la Parroquia de San Pedro, peregrinación esta que estuvo presidida
por la imagen de Nuestra Señora Reina de los Mártires que fue
conducida hasta San Pedro y que, ya en el interior del templo paso
ante la capilla donde se encuentra las reliquias de los Santos
Mártires cordobeses.
Imágenes
El
Santísimo Cristo de la Misericordia es una imagen de Cristo
crucificado, de autoría anónima y datable, según los estudios
realizados sobre él, a finales del siglo XVI. El profesor Rafael
Rivera Valle, que lo sometió a una minuciosa restauración en 1983,
explicó que, en su opinión, representa el momento del desplome, es
decir, el inmediatamente posterior a la Expiración, aunque la
presencia de la llaga en el costado no parece confirmar esta teoría.
La
imagen se puede catalogar en el estilo manierista, y muestra con un
perfil muy estilizado y una cintura significativamente estrecha. La
cabeza aparece inclinada hacia su derecha, los ojos y la boca están
ligeramente entreabiertos y la colocación de la melena deja al
descubierto con claridad la parte izquierda del rostro.
El
Santísimo Cristo de la Misericordia comparte características de las
llamadas escuela sevillana y escuela granadina de la escultura
andaluza de su tiempo, por lo que no es fácil adscribirlo a una u
otra. En cualquier caso, la finura de la talla y la delicadeza de la
anatomización muestran sin duda alguna la mano y las gubias de un
artista perfectamente conocedor de la técnica imaginera.
Como
queda dicho, no se conoce el nombre de su autor ni la fecha exacta de
su creación o consagración, ya que durante la citada restauración
operada en 1983 se encontró en su interior un documento escrito,
pero que hacía referencia exclusivamente a otra restauración
anterior, operada en 1939 y llevada a cabo por el artista cordobés
Rafael Díaz Peno, director artístico de la hermandad durante muchos
años.
La
restauración de 1939 no se limitó a reparar las partes que por el
paso del tiempo hubieran necesitado un arreglo, sino que modificó
sustancialmente el aspecto de la imagen. En efecto, manipuló la
barba, que fue reducida en tamaño y minuciosidad del tallado de
forma muy significativa, añadió algunas partes de escayola en la
melena, sustituyó la corona de espinas, probablemente modificó la
policromía —aunque este dato no es seguro, porque las fotos
anteriores a esa restauración son todas en blano y negro— y
policromó el sudario, que anteriormente era de color blanco liso y
en el que incluso llegó a estampar el escudo de la hermandad fundada
en 1937. Dada la imposibilidad de recuperación del original que
produjeron algunas de estas actuaciones, la restauración de 1983
mantuvo el aspecto que la imagen había ofrecido desde 1939,
retirándole solamente el añadido de escayola en la melena.
Lleva
la imagen sus potencias originales de plata sobredorada, cinceladas
en 1800 por el orfebre cordobés Mateo Martínez Moreno.
Nuestra
Señora de las Lágrimas en su Desamparo es una imagen de autoría
anónima, que –al haber sido titular de una hermandad de los
Dolores fundada en los años finales del siglo XVII– tuvo que ser
tallada, como mínimo, en la fecha citada (último tercio del siglo
XVII), si bien algunas opiniones adelantan su creación hasta un
siglo antes. Su aspecto externo no difiere sustancialmente del de
tantas otras imágenes de su estilo y época: es una imagen de
vestir, con una estatura de 1,64 metros, ojos grandes con pestañas
naturales y lágrimas de cristal, a razón de cuatro por mejilla, y
boca entreabierta que deja ver algunos dientes. Parece ser que las
manos son de época posterior.
Al
hacerse cargo de la efigie la hermandad de la Misericordia, en 1950,
fue sometida a una primera restauración por Rafael Díaz Fernández;
en dicha restauración se descubrió que el rostro no es de madera
tallada, sino de terracota policromada. Otra restauración, que
consistió exclusivamente en la reparación de algunas pequeñas
grietas, le fue practicada a la imagen en 1978 por Manuel Camacho
Melero. En 1987 Ignacio Torronteras Paz le hizo un nuevo candelero y
adelantó ligerísimamente su torso.
Del
valioso ajuar de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo
destaca especialmente la corona procesional, de plata cincelada y
dorada con aplicaciones de oro y pedrería, realizada en 1954 por el
orfebre cordobés Rafael Peidró. Lleva la corona rica iconografía:
en la parte frontal del canasto aparece el escudo de la hermandad,
escoltado por las imágenes de San Acisclo y Santa Victoria; en la
parte trasera, la tiara pontificia –símbolo de la parroquia de San
Pedro– está acompañada de otros dos Mártires cordobeses: San
Eulogio y San Marcial. La parte central del resplandor reproduce, en
su frontal, la urna con las reliquias de los Santos Mártires que se
custodia en San Pedro, y en su trasera hay una inscripción relativa
a los donantes.
La
corona ha sido exhibida en tres exposiciones de arte cofrade: en
1987, en la muestra Córdoba y sus cofradías, coordinada por la
Agrupación de Cofradías de Córdoba; en 1993, en la exposición
Misericordia’93, organizada por nuestra hermandad en el Museo
Diocesano de Córdoba con motivo del IV Encuentro de Hermandades de
la Misericordia de Andalucía, y en 1997, en la primera edición de
Munarco (Muestra Nacional de Artesanía Cofrade), celebrada en
Sevilla.
Pasos
Procesionales
El
paso del Cristo de la Misericordia es uno de los más característicos
de la Semana Santa de Córdoba.
En
la primera procesión, en 1937, fue el titular iba sobre el paso del
Sagrado Corazón de Jesús de San Hipólito completado con unos
candelabros de tulipas cedidos por los salesianos. La cruz del Cristo
era la que tenía en la Magdalena, de dimensiones ajustadas para la
imagen y pequeñas para el paso, por lo que se le preparó un
suplemento de madera.
Entre
1938 y 1942, ambos inclusive, se utilizó el paso de Nuestra Señora
del Socorro, cedido por su hermandad. En 1938 se estrenó una nueva
cruz, más grande que la anterior, y en 1940 se acoplaron 'al paso de
la Virgen del Socorro los grandes candelabros de faroles que andando
el tiempo serían compañeros característicos del titular, y ello
produjo un extraño efecto estético dadas las reducidas dimensiones
del paso sobre el que iban. Se completaban estos candelabros con
cuatro pequeñas estatuas de ángeles pasionistas que figuraban
sostenerlos.
El
Miércoles Santo, 21 de abril de 1943, se esrenó el paso del
Santísimo Cristo de la Misericordia que se utilizó hasta 2010: una
obra de madera tallada, dorada y policromada debida al proyecto de
Rafael Díaz Peno, la dirección artística de Rafael Díaz
Fernández, la talla de José Callejón y el dorado de Francisco
Santiago Díaz. A partir de ese año dejaron de utilizarse los
citados cuatro ángeles pasionistas, pero aun no estaba tal como hoy
lo vemos, pues le faltaban las cresterías y los cuatro grandes
jarrones para las flores, elementos éstos estrenados en 1947. En
1944 se estrenarían los faldones del valioso terciopelo negro
antiguo galoneado de oro.
La
canastilla es de forma abombada, de madera dorada en oro fino en
centros y esquinas, y plateada en el interior. Se apoya en repisa de
madera tallada y dorada con decoración vegetal, más abundante en
las esquinas y centro. Por supuesto, es de estilo neobarroco. En el
frontal, dos ángeles de talla entera, desnudos, escoltan el escudo
de la hermandad, y en la trasera figura el escudo de la ciudad de
Córdoba.
El
lateral derecho lleva, en su centro, un artístico busto de Ecce—Homo
con túnica de talla pintada en morado y oro, y cordón de oro al
cuello, y en la cabeza corona de espinas y potencias de plata
labrada. A ambos lados de este busto, y entre la decoración vegetal
en plateado, sendos medallones pintados en estilo gótico con figuras
y símbolos de dos Evangelistas. El lateral izquierdo tiene, en su
centro, el busto de una expresiva Virgen Dolorosa con lágrimas de
cristal y tocado de talla, que luce una pequeña diadema de plata
cincelada. En simetría con el lateral derecho, otros dos medallones
con la representación de los otros dos Evangelistas.
La
Cruz procesional del Santísimo Cristo data de 1994, año en que
sustituyó a la anterior; fue tallada en los talleres de Moreno
Anguita y donada por una familia de cofrades. Lleva las mismas
cantoneras de metal cincelado y dorado que llevaba la anterior Cruz,
que se estrenó al mismo tiempo que el paso, en 1943.
Con
base en el diseño de 1943, pero con un concepto nuevo, se estrenó
el actual paso el Miércoles Santo, 20 de abril de 2011, con proyecto
y ejecución de Andrés Valverde Luján e hijo en la talla, Ángel
María Varo Pineda en el dorado, Gabriel y Antonio Castillo en la
imaginería y policromado, y Creaciones Soriano en orfebrería.
El
paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo es
uno de los pasos de Virgen de más acusada personalidad en la Semana
Santa de Córdoba, pues varias características lo hacen único:
desde el tono malva de sus terciopelos hasta el color dorado de la
totalidad de su orfebrería, pasando por el hecho de que los
respiraderos son de madera tallada y dorada.
El
Miércoles Santo, día 5 de abril de 1950, salió por primera vez
bajo palio Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. Dominaba
un sentido de la provisionalidad, pues sólo era definitivo el
bordado del frontal del palio; el resto de las piezas de terciopelo
iban sin bordar. Los bordados, todos ellos con diseño de Rafael Díaz
Peno y realización de las religiosas adoratrices de Córdoba, se
terminaron en 1959. La orfebrería ha sido renovada en distintas
etapas, y así los varales actuales datan de 1993 y fueron cincelados
por Hermanos Lama de Córdoba, autores asimismo de los candelabros de
cola estrenados en 1982; la candelería es obra de los talleres
sevillanos de Villarreal y se estrenaron en 1996. Las jarras y
ánforas florales fueron realizadas por Francisco Díaz Roncero y
estrenadas en 1961.
Los
respiraderos, como queda dicho, son de madera tallada y dorada en
estilo barroco, obra de Jenaro Álvarez de Miguel de 1950 ampliada en
1978; el mismo autor talló este último año, en idéntico estilo y
diseño, la peana sobre la que procesiona la imagen de la Virgen.
Entre estos respiraderos se incluyen siete medallones de tabla
pintada al óleo, que representan los Siete Dolores de Nuestra
Señora: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, el Niño perdido
en el Templo, la calle de la Amargura, la Crucifixión, Jesús muerto
en brazos de su Madre y la Soledad de María. Todos ellos son obra de
Rafael Díaz Peno y, al parecer, se basan en una serie sobre el mismo
tema de un pintor alemán llamado Jenssen que se conserva en un museo
de Munich.
Los
respiraderos fueron dorados en pan de oro alemán por Manuel Camacho
en 1978, y en pan de oro fino por Ángel María Varo Pineda en 2005;
en este último trabajo se estofaron y policromaron diversas partes
de los respiraderos que contienen decoración vegetal.
Tiene
este paso un evidente interés artístico y un alto contenido
simbólico: en el techo del palio, va bordado el anagrama del Ave
María; en la bambalina frontal, el escudo de la hermandad, y en la
trasera, el escudo de la ciudad. Las bambalinas laterales tienen la
particularidad de ser de cinco piezas independientes en vez de una
sola como es lo más frecuente. Esta independencia añade mayor
gracia y soltura al sincronizado vaivén que los costaleros producen
en el palio. Las bambalinas, además, llevan erigido un Via Crucis de
dos estaciones en la frontal, otras dos en la trasera y una en cada
una de las laterales.
Las
gualdrapas también están bordadas: la frontal representa un corazón
atravesado, en recuerdo nuevamente de la antigua advocación de los
Dolores que la imagen ostentó durante siglos. Los faldones
laterales, por su parte, llevan los emblemas de la Tiara y las
Llaves, en uno de ellos, y el Pomo en el otro, como símbolos
respectivos de San Pedro y la Magdalena.
Hábito
Procesional
Túnica
y capirto blanco con fajín morado.
Estación
de Penitencia: Miercoles Santo
Casa
Hermandad: Plaza de San Pedro
Enlace:
http://www.silencioblanco.org/
Su
Templo
La
hermandad de la Misericordia tiene su sede canónica en la Basílica
Pontificia de San Pedro, uno de los doce templos fernandinos fundados
a raíz de la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo en
1236. La iglesia se halla en las proximidades de la Plaza de la
Corredera, en plena Ajerquía y en el casco histórico de la ciudad,
declararo Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.
Tradicionalmente,
aunque sin una sólida certeza documental o arqueológica, se sitúa
en el mismo solar la “basílica de los Tres Santos” que se habría
levantado para acoger los restos de tres mártires –San Fausto, San
Genaro y San Marcial–, asesinados en la misma persecución de
Diocleciano que segó la vida de Acisclo y Victoria. También es
antigua la tradición de situar en lo que hoy es San Pedro la
primitiva catedral de Córdoba, erigida antes de la invasión
islámica del año 711.
En
cualquier caso, lo que hoy es posible ver en San Pedro responde en
general a las trazas de finales del siglo XIII, aunque los añadidos
y reformas han sido constantes a lo largo de los siglos: entre estas
modificaciones, las principales son la portada (siglo XVI), el
retablo mayor (siglo XVIII) y, sobre todo, la capilla del Sagrario
(siglo XVIII), donde se veneran las reliquias de los Santos Mártires
de Córdoba, además de los retablos que ocuparon los muros laterales
y que desaparecieron en la última restauración –en varios
aspectos discutible– de que fue objeto el templo entre 1994 y 1998.
Como
dato curioso que demuestra la importancia histórica de esta
Basílica, podemos recordar que al reducirse, en época de Carlos
III, el número de iglesias en las que podían refugiarse los
delincuentes, sólo quedaron en Córdoba esta iglesia y la Catedral.
Entre
las obras de arte que se custodian en este templo destaca la Virgen
de la Esperanza, de Gómez de Sandoval, obra realizada en 1713 y que
desde 1998 preside la hornacina principal del retablo mayor; también
se puede admirar una lámpara de plata cincelada por Lucas Valdés y
regalada por la ciudad, en 1602, a los Santos Mártires de Córdoba,
y un cuadro de Valdés Leal que representa a San Pedro.
En
San Pedro, templo al que el Papa Benedicto XVI concedió el título
de Basílica Menor el 23 de noviembre de 2005, y que recibió
oficialmente el 15 de octubre de 2006, tuvieron su sede desde su
origen las hermandades del Santísimo Sacramento y la de los Santos
Mártires.
1 comentario:
No está mal el FUSILAMIENTO que ha hecho el autor de este blog de la web de la hermandad, www.silencioblanco.org, y no ha tenido ni siquiera la gallardía de citar la fuente. Así hago yo no blogs, sino enciclopedias maravillosas de cualquier tema. Un saludo y adelante.
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