martes, 15 de enero de 2013

Hermandad de la Misericordia, Córdoba


La Piadosa Hermandad del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de Córdoba y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. 


Córdoba



Datos Históricos


La idea de poner en marcha el proyecto de esta hermandad surgió de un grupo de jóvenes, encabezados por Francisco Melguizo Fernández . El impulso del alcalde, José María Catanys Jiménez y el visto bueno del obispo, Adolfo Pérez Muñoz, hicieron posible que se materializase el proyecto. La elección de la imagen del Cristo de la Misericordia fue una decisión personal del fundador, que la había conocido oscura y olvidada en las histórica iglesia de la Magdalena, entonces cerrada al culto.

Entre la decisión de poner en marcha la hermandad y la primera salida procesional, realizada el Miércoles Santo de 1937, apenas transcurre un mes. En el plano jurídico-canónico la cofradía no existía ya que la primera aprobación del obispado data del 3 de abril, unos días después de la estación de penitencia. En el plano material, el Santísimo Cristo de la Misericordia fue llevado sobre el paso del Sagrado Corazón de Jesús cedido por los padres jesuitas de San Hipólito, iba iluminado por los candelabros arbóreos del paso de María Auxiliadora, prestados por la comunidad salesiana; como cruz de guía llevó una antigua cruz de madera, con una imagen pintada de Cristo crucificado, perteneciente a la iglesia de la Magdalena que la cofradía aún conserva en su casa de hermandad.

La Misericordia fue la primera cofradía cordobesa cuyos penitentes vestían un hábito nazareno confeccionado en su integridad con telas de color blanco, lo que contrastaba con el negro y morado dominantes en las procesiones de nuestra ciudad en aquella época.

La hermandad celebraba los cultos en San Pedro, debido a las reducidas dimensiones de la iglesia de la Magdalena, donde la imagen titular solía pasar la mayor parte del año. Eran muy característicos de esta hermandad los lujosos altares, de grandes dimensiones , con gran cantidad de puntos de luz y el espléndido realce que prestaban a la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, izado en ocasiones hasta lo más elevado del retablo mayor de la parroquia. Para realzar estos cultos, la hermandad organizó y mantuvo una importante capilla musical que llego a sumar 114 miembros en su época de mayor esplendor y que funcionó desde 1940 hasta 1954.


En el año 1943 se estrenó el paso del Santísimo Cristo de la Misericordia, después de haber hecho estación de penitencia entre 1938 y 1943 en el paso de Nuestra Señora del Socorro. Proyectado por Rafael Díaz Peno, con tallas de José Callejón y dorados de Francisco Santiago Díaz, aun procesiona en la actualidad, siendo con el de Jesús Caído el más antiguo de nuestra ciudad y el primero que llevó madera dorada.

Bajo la dirección y diseño de Rafael Díaz Peno, se empieza a configurar el guión procesional con los estrenos de la bandera en el año 1943, el estandarte de Cristo, el cojín pasionista y el libro de reglas en el año 1948.

Tras el fallido intento de 1939, en el año 1950 se incorpora una imagen de Virgen como cotitular, que recibió la advocación de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo.

En el año 1956, se produce el cierre de la iglesia de la Magdalena lo que obliga a la hermandad a trasladarse a San Pedro viviendo la hermandad unos años de cierta regresión. Así el mandato de Rafael Osuna Cruz está marcado por la lucha por la subsistencia de la cofradía y la amortización de la considerable deuda contraída en los años anteriores, lo que llevó incluso a platearse la suspensión de la salida procesional de 1966 debido a que la procesión tenía un presupuesto aproximado de 43000 pesetas de gastos a fondo perdido y el pasivo de la hermandad era de 80000 pesetas. Finalmente no se llegó a suspender la procesión pero este hecho nos revela la difícil situación de la hermandad.

Superado el momento más difícil, comienza un proceso de renovación, recuperación y crecimiento a partir del año 1972. La hermandad restaura a sus expensas la capilla de los titulares en la parroquia de San Pedro, dotándola del aspecto que tuvo hasta el cierre de la misma en 1985. Durante el mandato de Francisco Varo Lucena se crea la primera cuadrilla de costaleros de la hermandad.

En el año 1985 se produce el cierre de la parroquia de San Pedro. La última misa en este templo tiene lugar el día 5 de mayo de ese año y tres días después las imágenes titulares fueron trasladadas a la ermita de San José, en la plaza de la Magdalena y de propiedad privada, motivo por el que no se podían celebrar cultos públicos y solemnes, pese a la buena disposición de la familia propietaria. Por este motivo, el 5 de octubre de este mismo año, tras una larga búsqueda de parroquias, iglesia y conventos en los que se obtuvo una negativa por respuesta, las imágenes son trasladadas al monasterio de religiosas jerónimas de Santa Marta, donde permanecerán hasta el Viernes de Dolores de 1998, en que solemnemente regresaron a San Pedro tras la reapertura del templo.

Las reducidas dimensiones del monasterio de religiosas jerónimas de Santa Marta, donde las imágenes van a estar hasta la vuelta a San Pedro, obliga a la hermandad a buscar un lugar desde donde realizar la estación de penitencia. La disposición favorable del Cabildo catedralicio permitirá a la hermandad iniciar y finalizar la estación de penitencia desde la Santa Iglesia Catedral, donde coincidirá algunos años con la hermandad de la Pasión que también deberá realizar su estación de penitencia desde el primer templo cordobés a causa del cierre de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz.

En el año 1987, se cumplió el cincuentenario fundacional de la hermandad que se celebró con una serie de actos entre los que se incluyen, la edición de un cartel conmemorativo, la publicación del primer número especial de la revista Alto Guadalquivir, la celebración de un ciclo de conferencias sobre aspectos históricos de la Semana Santa cordobesa, y una exposición e fotografías antiguas del archivo de la hermandad.

En el año 1993 la hermandad organiza el IV Encuentro de Hermandades de la Misericordia de Andalucía, que incluyó una misa en la Catedral presidida por el obispo de la diócesis, monseñor José Antonio Infantes Florido.

Durante el mandato de Francisco Hernández Moyano, se adquiere un local para sede social de la hermandad que se haya en la plaza de San Pedro, justo frente a la fachada principal de la parroquia.

La reapertura del templo de San Pedro en el año 1998 va a suponer la vuelta de la cofradía a sus raíces. Esta reapertura tuvo lugar el día 7 de marzo y la cofradía anunció su regreso con la presentación de un cartel anunciador, un concierto de marchas procesionales y un ciclo de tres conferencias formativas. El Viernes de Dolores 3 de abril, y al término de un Vía Crucis iniciado en el monasterio de Santa Marta, las imágenes regresaban a su capilla de San Pedro doce años, diez meses y veintiocho días después de su salida. Así el Miércoles Santo día 8 de abril de 1998 la hermandad volvería a realizar su salida desde el histórico templo fernandino, hoy convertido en Basílica Menor.

En el año 2000 se produce un hito histórico para esta hermandad como es su fusión con la del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de Córdoba que también está radicada en la Parroquia de San Pedro. Ese mismo año, al término del mandato de Francisco Hernández Moyano, fue elegido hermano mayor de la cofradía ya fusionada Ángel María Varo Pineda, que renunciará a su cargo un año más tarde, viendo la hermandad entre los años 2001 y 2003 un periodo de incertidumbre por la negativa a aceptar la convocatoria de elecciones prevista por los estatutos el entonces consiliario y párroco de San Pedro, Manuel María Hinojosa Petit, que impuso una junta gestora presidida por Pedro Redondo Gutiérrez hasta su fallecimiento en mayo de 2003, y desde entonces, y hasta la solución de la crisis, por Manuel Sánchez Prada.

La llegada al Obispado de Córdoba del prelado monseñor Juan José Asenjo Pelegrina coincide con el inició de la solución de esta situación. Después de que tres hermanos recurrieran ante el Pontificio Consejo para los Laicos en demanda de una convocatoria de elecciones, el nuevo obispo encarga al delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, Pedro Soldado Barrios, la apertura de negociaciones con representantes de la hermandad, convocándose estas finalmente el día 10 de enero de 2004, resultando elegido hermano mayor el cofrade Manuel Ramírez Pérez e iniciándose la normalización institucional de la cofradía que llega hasta nuestros días.

En el año 2005, con motivo de la celebración en nuestra diócesis del año de los Santos Mártires, la hermandad participará activamente en la organización de la peregrinación de las Cofradías cordobesas a la Parroquia de San Pedro, peregrinación esta que estuvo presidida por la imagen de Nuestra Señora Reina de los Mártires que fue conducida hasta San Pedro y que, ya en el interior del templo paso ante la capilla donde se encuentra las reliquias de los Santos Mártires cordobeses.



Imágenes



El Santísimo Cristo de la Misericordia es una imagen de Cristo crucificado, de autoría anónima y datable, según los estudios realizados sobre él, a finales del siglo XVI. El profesor Rafael Rivera Valle, que lo sometió a una minuciosa restauración en 1983, explicó que, en su opinión, representa el momento del desplome, es decir, el inmediatamente posterior a la Expiración, aunque la presencia de la llaga en el costado no parece confirmar esta teoría.

La imagen se puede catalogar en el estilo manierista, y muestra con un perfil muy estilizado y una cintura significativamente estrecha. La cabeza aparece inclinada hacia su derecha, los ojos y la boca están ligeramente entreabiertos y la colocación de la melena deja al descubierto con claridad la parte izquierda del rostro.

El Santísimo Cristo de la Misericordia comparte características de las llamadas escuela sevillana y escuela granadina de la escultura andaluza de su tiempo, por lo que no es fácil adscribirlo a una u otra. En cualquier caso, la finura de la talla y la delicadeza de la anatomización muestran sin duda alguna la mano y las gubias de un artista perfectamente conocedor de la técnica imaginera.

Como queda dicho, no se conoce el nombre de su autor ni la fecha exacta de su creación o consagración, ya que durante la citada restauración operada en 1983 se encontró en su interior un documento escrito, pero que hacía referencia exclusivamente a otra restauración anterior, operada en 1939 y llevada a cabo por el artista cordobés Rafael Díaz Peno, director artístico de la hermandad durante muchos años.


La restauración de 1939 no se limitó a reparar las partes que por el paso del tiempo hubieran necesitado un arreglo, sino que modificó sustancialmente el aspecto de la imagen. En efecto, manipuló la barba, que fue reducida en tamaño y minuciosidad del tallado de forma muy significativa, añadió algunas partes de escayola en la melena, sustituyó la corona de espinas, probablemente modificó la policromía —aunque este dato no es seguro, porque las fotos anteriores a esa restauración son todas en blano y negro— y policromó el sudario, que anteriormente era de color blanco liso y en el que incluso llegó a estampar el escudo de la hermandad fundada en 1937. Dada la imposibilidad de recuperación del original que produjeron algunas de estas actuaciones, la restauración de 1983 mantuvo el aspecto que la imagen había ofrecido desde 1939, retirándole solamente el añadido de escayola en la melena.

Lleva la imagen sus potencias originales de plata sobredorada, cinceladas en 1800 por el orfebre cordobés Mateo Martínez Moreno.



Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo es una imagen de autoría anónima, que –al haber sido titular de una hermandad de los Dolores fundada en los años finales del siglo XVII– tuvo que ser tallada, como mínimo, en la fecha citada (último tercio del siglo XVII), si bien algunas opiniones adelantan su creación hasta un siglo antes. Su aspecto externo no difiere sustancialmente del de tantas otras imágenes de su estilo y época: es una imagen de vestir, con una estatura de 1,64 metros, ojos grandes con pestañas naturales y lágrimas de cristal, a razón de cuatro por mejilla, y boca entreabierta que deja ver algunos dientes. Parece ser que las manos son de época posterior.

Al hacerse cargo de la efigie la hermandad de la Misericordia, en 1950, fue sometida a una primera restauración por Rafael Díaz Fernández; en dicha restauración se descubrió que el rostro no es de madera tallada, sino de terracota policromada. Otra restauración, que consistió exclusivamente en la reparación de algunas pequeñas grietas, le fue practicada a la imagen en 1978 por Manuel Camacho Melero. En 1987 Ignacio Torronteras Paz le hizo un nuevo candelero y adelantó ligerísimamente su torso.

Del valioso ajuar de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo destaca especialmente la corona procesional, de plata cincelada y dorada con aplicaciones de oro y pedrería, realizada en 1954 por el orfebre cordobés Rafael Peidró. Lleva la corona rica iconografía: en la parte frontal del canasto aparece el escudo de la hermandad, escoltado por las imágenes de San Acisclo y Santa Victoria; en la parte trasera, la tiara pontificia –símbolo de la parroquia de San Pedro– está acompañada de otros dos Mártires cordobeses: San Eulogio y San Marcial. La parte central del resplandor reproduce, en su frontal, la urna con las reliquias de los Santos Mártires que se custodia en San Pedro, y en su trasera hay una inscripción relativa a los donantes.

La corona ha sido exhibida en tres exposiciones de arte cofrade: en 1987, en la muestra Córdoba y sus cofradías, coordinada por la Agrupación de Cofradías de Córdoba; en 1993, en la exposición Misericordia’93, organizada por nuestra hermandad en el Museo Diocesano de Córdoba con motivo del IV Encuentro de Hermandades de la Misericordia de Andalucía, y en 1997, en la primera edición de Munarco (Muestra Nacional de Artesanía Cofrade), celebrada en Sevilla.







Pasos Procesionales



El paso del Cristo de la Misericordia es uno de los más característicos de la Semana Santa de Córdoba.

En la primera procesión, en 1937, fue el titular iba sobre el paso del Sagrado Corazón de Jesús de San Hipólito completado con unos candelabros de tulipas cedidos por los salesianos. La cruz del Cristo era la que tenía en la Magdalena, de dimensiones ajustadas para la imagen y pequeñas para el paso, por lo que se le preparó un suplemento de madera.

Entre 1938 y 1942, ambos inclusive, se utilizó el paso de Nuestra Señora del Socorro, cedido por su hermandad. En 1938 se estrenó una nueva cruz, más grande que la anterior, y en 1940 se acoplaron 'al paso de la Virgen del Socorro los grandes candelabros de faroles que andando el tiempo serían compañeros característicos del titular, y ello produjo un extraño efecto estético dadas las reducidas dimensiones del paso sobre el que iban. Se completaban estos candelabros con cuatro pequeñas estatuas de ángeles pasionistas que figuraban sostenerlos.

El Miércoles Santo, 21 de abril de 1943, se esrenó el paso del Santísimo Cristo de la Misericordia que se utilizó hasta 2010: una obra de madera tallada, dorada y policromada debida al proyecto de Rafael Díaz Peno, la dirección artística de Rafael Díaz Fernández, la talla de José Callejón y el dorado de Francisco Santiago Díaz. A partir de ese año dejaron de utilizarse los citados cuatro ángeles pasionistas, pero aun no estaba tal como hoy lo vemos, pues le faltaban las cresterías y los cuatro grandes jarrones para las flores, elementos éstos estrenados en 1947. En 1944 se estrenarían los faldones del valioso terciopelo negro antiguo galoneado de oro.

La canastilla es de forma abombada, de madera dorada en oro fino en centros y esquinas, y plateada en el interior. Se apoya en repisa de madera tallada y dorada con decoración vegetal, más abundante en las esquinas y centro. Por supuesto, es de estilo neobarroco. En el frontal, dos ángeles de talla entera, desnudos, escoltan el escudo de la hermandad, y en la trasera figura el escudo de la ciudad de Córdoba.



El lateral derecho lleva, en su centro, un artístico busto de Ecce—Homo con túnica de talla pintada en morado y oro, y cordón de oro al cuello, y en la cabeza corona de espinas y potencias de plata labrada. A ambos lados de este busto, y entre la decoración vegetal en plateado, sendos medallones pintados en estilo gótico con figuras y símbolos de dos Evangelistas. El lateral izquierdo tiene, en su centro, el busto de una expresiva Virgen Dolorosa con lágrimas de cristal y tocado de talla, que luce una pequeña diadema de plata cincelada. En simetría con el lateral derecho, otros dos medallones con la representación de los otros dos Evangelistas.

La Cruz procesional del Santísimo Cristo data de 1994, año en que sustituyó a la anterior; fue tallada en los talleres de Moreno Anguita y donada por una familia de cofrades. Lleva las mismas cantoneras de metal cincelado y dorado que llevaba la anterior Cruz, que se estrenó al mismo tiempo que el paso, en 1943.

Con base en el diseño de 1943, pero con un concepto nuevo, se estrenó el actual paso el Miércoles Santo, 20 de abril de 2011, con proyecto y ejecución de Andrés Valverde Luján e hijo en la talla, Ángel María Varo Pineda en el dorado, Gabriel y Antonio Castillo en la imaginería y policromado, y Creaciones Soriano en orfebrería.



El paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo es uno de los pasos de Virgen de más acusada personalidad en la Semana Santa de Córdoba, pues varias características lo hacen único: desde el tono malva de sus terciopelos hasta el color dorado de la totalidad de su orfebrería, pasando por el hecho de que los respiraderos son de madera tallada y dorada.

El Miércoles Santo, día 5 de abril de 1950, salió por primera vez bajo palio Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. Dominaba un sentido de la provisionalidad, pues sólo era definitivo el bordado del frontal del palio; el resto de las piezas de terciopelo iban sin bordar. Los bordados, todos ellos con diseño de Rafael Díaz Peno y realización de las religiosas adoratrices de Córdoba, se terminaron en 1959. La orfebrería ha sido renovada en distintas etapas, y así los varales actuales datan de 1993 y fueron cincelados por Hermanos Lama de Córdoba, autores asimismo de los candelabros de cola estrenados en 1982; la candelería es obra de los talleres sevillanos de Villarreal y se estrenaron en 1996. Las jarras y ánforas florales fueron realizadas por Francisco Díaz Roncero y estrenadas en 1961.

Los respiraderos, como queda dicho, son de madera tallada y dorada en estilo barroco, obra de Jenaro Álvarez de Miguel de 1950 ampliada en 1978; el mismo autor talló este último año, en idéntico estilo y diseño, la peana sobre la que procesiona la imagen de la Virgen. Entre estos respiraderos se incluyen siete medallones de tabla pintada al óleo, que representan los Siete Dolores de Nuestra Señora: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, el Niño perdido en el Templo, la calle de la Amargura, la Crucifixión, Jesús muerto en brazos de su Madre y la Soledad de María. Todos ellos son obra de Rafael Díaz Peno y, al parecer, se basan en una serie sobre el mismo tema de un pintor alemán llamado Jenssen que se conserva en un museo de Munich.

Los respiraderos fueron dorados en pan de oro alemán por Manuel Camacho en 1978, y en pan de oro fino por Ángel María Varo Pineda en 2005; en este último trabajo se estofaron y policromaron diversas partes de los respiraderos que contienen decoración vegetal.

Tiene este paso un evidente interés artístico y un alto contenido simbólico: en el techo del palio, va bordado el anagrama del Ave María; en la bambalina frontal, el escudo de la hermandad, y en la trasera, el escudo de la ciudad. Las bambalinas laterales tienen la particularidad de ser de cinco piezas independientes en vez de una sola como es lo más frecuente. Esta independencia añade mayor gracia y soltura al sincronizado vaivén que los costaleros producen en el palio. Las bambalinas, además, llevan erigido un Via Crucis de dos estaciones en la frontal, otras dos en la trasera y una en cada una de las laterales.

Las gualdrapas también están bordadas: la frontal representa un corazón atravesado, en recuerdo nuevamente de la antigua advocación de los Dolores que la imagen ostentó durante siglos. Los faldones laterales, por su parte, llevan los emblemas de la Tiara y las Llaves, en uno de ellos, y el Pomo en el otro, como símbolos respectivos de San Pedro y la Magdalena.


Hábito Procesional

Túnica y capirto blanco con fajín morado.


Estación de Penitencia: Miercoles Santo


Casa Hermandad: Plaza de San Pedro





Su Templo


La hermandad de la Misericordia tiene su sede canónica en la Basílica Pontificia de San Pedro, uno de los doce templos fernandinos fundados a raíz de la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo en 1236. La iglesia se halla en las proximidades de la Plaza de la Corredera, en plena Ajerquía y en el casco histórico de la ciudad, declararo Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.

Tradicionalmente, aunque sin una sólida certeza documental o arqueológica, se sitúa en el mismo solar la “basílica de los Tres Santos” que se habría levantado para acoger los restos de tres mártires –San Fausto, San Genaro y San Marcial–, asesinados en la misma persecución de Diocleciano que segó la vida de Acisclo y Victoria. También es antigua la tradición de situar en lo que hoy es San Pedro la primitiva catedral de Córdoba, erigida antes de la invasión islámica del año 711.

En cualquier caso, lo que hoy es posible ver en San Pedro responde en general a las trazas de finales del siglo XIII, aunque los añadidos y reformas han sido constantes a lo largo de los siglos: entre estas modificaciones, las principales son la portada (siglo XVI), el retablo mayor (siglo XVIII) y, sobre todo, la capilla del Sagrario (siglo XVIII), donde se veneran las reliquias de los Santos Mártires de Córdoba, además de los retablos que ocuparon los muros laterales y que desaparecieron en la última restauración –en varios aspectos discutible– de que fue objeto el templo entre 1994 y 1998.

Como dato curioso que demuestra la importancia histórica de esta Basílica, podemos recordar que al reducirse, en época de Carlos III, el número de iglesias en las que podían refugiarse los delincuentes, sólo quedaron en Córdoba esta iglesia y la Catedral.


Entre las obras de arte que se custodian en este templo destaca la Virgen de la Esperanza, de Gómez de Sandoval, obra realizada en 1713 y que desde 1998 preside la hornacina principal del retablo mayor; también se puede admirar una lámpara de plata cincelada por Lucas Valdés y regalada por la ciudad, en 1602, a los Santos Mártires de Córdoba, y un cuadro de Valdés Leal que representa a San Pedro.

En San Pedro, templo al que el Papa Benedicto XVI concedió el título de Basílica Menor el 23 de noviembre de 2005, y que recibió oficialmente el 15 de octubre de 2006, tuvieron su sede desde su origen las hermandades del Santísimo Sacramento y la de los Santos Mártires.

1 comentario:

HERMANDAD DE LA MISERICORDIA Y LOS SANTOS MÁRTIRES - CÓRDOBA dijo...

No está mal el FUSILAMIENTO que ha hecho el autor de este blog de la web de la hermandad, www.silencioblanco.org, y no ha tenido ni siquiera la gallardía de citar la fuente. Así hago yo no blogs, sino enciclopedias maravillosas de cualquier tema. Un saludo y adelante.